Siete personas han sido detenidas por el
Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia
Civil en una finca de Monterrubio de la Serena (Badajoz) por
participar en un safari ilegal en el que se mató a un tigre.
Estas personas, tras pasar a disposición judicial, han sido
puestas en libertad con cargos.
Así lo han explicado hoy en Badajoz, en una rueda de prensa, el
subdelegado del Gobierno en Badajoz, Inocencio Ramos; el teniente
coronel de la Guardia Civil de la Comandancia de Badajoz, Antonio
Basilio Sánchez Rufo, y el sargento Esteban Buitrón, jefe del equipo
de SEPRONA que participó en la operación policial, que sigue abierta
y que podría incluir nuevas detenciones.
Los detenidos están acusados de un presunto delito contra la
protección de la fauna.
Las detenciones se produjeron el pasado sábado, día 3, en la
finca "Lunares" de la Sierra del Oro, donde los agentes, que
investigaban desde el pasado verano y que escucharon disparos,
entraron y encontraron un tigre ya muerto, así como a un león
encerrado en una jaula y hacia el que supuestamente los detenidos se
dirigían "para hacer la suelta y abatirlo también".
Las personas detenidas son el gestor del safari, M.D.M., de 41
años, los guardas de la finca, J.P.B.N., de 25 años, y M.B.M., de 22
años, y un menor de edad, todos naturales de la localidad.
También fueron detenidos tres cazadores supuestamente
participantes en el safari, D.J.O., un varón de 55 años y vecino de
Madrid; B.T.S., una mujer de 52 años también madrileña; y J.F.M., un
varón de 33 años vecino de Fuenlabrada (Madrid).
Según Sánchez Rufo, la investigación comenzó este verano a raíz
de que el SEPRONA comenzara a recibir llamadas telefónicas de
vecinos de Monterrubio de la Serena que informaban de "cacerías de
lobos en una finca cercana".
Tras las investigaciones, se determinó que los hechos podrían
suceder en la finca "Los Lunares", cuyas vallas "eran más altas de
lo normal y, además, estaban electrificadas".
Una vez descubierto esto, se estableció un dispositivo de
vigilancia hasta localizar el lugar donde "supuestamente, se
guardaban esas especies de animales protegidos en espera de ser
puestos en libertad para, inmediatamente, abatirlos".
Además, se descubrió que a finales de noviembre se abatió un
cachorro de tigre y que a primeros de este mes se iba a celebrar
otra cacería, por lo que se intensificó la vigilancia "haciendo
apostaderos y esperas a larga distancia durante diez días
consecutivos".
Así, el pasado sábado los agentes escucharon dos disparos y
entraron en el lugar, donde encontraron un tigre muerto y, en una
jaula cercana, un león en espera de ser abatido.
También había una nave en cuyo interior se hallaba otra jaula con
un tigre.
Se comprobó que los dos disparos que ocasionaron la muerte al
tigre se hicieron con una carabina del calibre 22, un arma ilegal
para practicar la caza.
Posteriormente, se iniciaron las diligencias y se detuvo a estas
siete personas, que fueron puestas a disposición del Juzgado de
Instrucción de Castuera (Badajoz) al igual que los dos animales
vivos y el cadáver del tigre abatido, la carabina y otros efectos y
documentos encontrados en los domicilios de los detenidos.
Además, los restos de tigres abatidos y varios huesos,
"supuestamente de lobos", que se han encontrado en la finca han sido
enviados al Centro de Necropsia de la Consejería de Agricultura y
Medio Ambiente de Sierra de Fuentes (Cáceres) para analizarlos.
El tigre y el león hallados vivos, que fueron adquiridos
legalmente pero cuya procedencia se desconoce, han sido enviados a
una entidad zoológica de la provincia de Málaga.